miércoles, 15 de diciembre de 2021

El beato Martín ingresa en el seminario de Belmonte

Hace 108 años, tal día como hoy, un 15 de diciembre de 1913, el Beato sale de Corral de Almaguer con destino al seminario de Belmonte. Con apenas 13 años de edad emprende así al camino de formación con los Franciscanos. Una andadura que inicia lleno de ilusión. En esta entrada ofrecemos algunas de las estancias donde vivió el beato. Concretamente, el aula, los dormitorios, la huerta y el refectorio. Pertenecen a un cuaderno manuscrito en el que se escribe la estoria de este centro formativo por uno de los superiores franciscanos. El período va de 1912 a 1919.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Con destino a Estados Unidos

Tal día como hoy, de 1931, el beato sale de Madrid con destino a Francia. El 4 de diciembre, desde el puerto de Chesburgo se embarca, junto a otros compañeros, con destino a Nueva York. Lo hacen en el vapor "New York", de la compañía alemana "Hamburg Amerika line". Tal y como escribe el Padre Martín en su autobiografía, "después de 7 días de una penosa travesía desembarcamos en Nueva York el 12 de Diciembre, sábado".

miércoles, 17 de noviembre de 2021

El beato, en su hornacina. Su reliquia, a sus pies.

El pasado 14 de noviembre, con motivo de la festividad del Beato Martín, su imagen salió en procesión por las calles de Corral de Almaguer. Resultó un acto muy participativo y emotivo. Un día espléndido amenizado por la banda de cornetas de Villatobas. Después de dos años sin procesionar por motivo de la pandemia, el recorrido de la talla del beato fue un signo de esperanza y una invitación a seguir cultivando la fe en él y en su intercesión en bien de todos los corraleños. La hermandad, la junta directiva y todos los que colaboran en enriquecer el culto al beato están de enhorabuena. Hay que felicitarlos por ello y, en la medida que podamos, seguir colaborando a que la devoción al Padre Martín siga creciendo en Corral de Almaguer.

jueves, 14 de enero de 2021

  y III


Hice cuanto pude por olvidarte. Mas como el huracán pasa a través de las rendijas de una puerta vieja, tu recuerdo pasaba por todos los resquicios de mi alma con un escalofrío. El tormento empezaba. No quería saber más de ti que nos habías humillado y confundido. Y no obstante, si tu nombre era pronunciado, escuchaba como el hombre perdido en el desierto espía el sonido de una fuente! 

¿Eres tú, pues, el manantial de agua viva donde aplicaremos nuestros labios? 

¿Quién eres tú?... 

Al momento, en la sinagoga, se tomó la resolución de expulsar a los que creían en ti. Yo los conocía. Sabía lo que aquello presagiaba. Me callé... Mientras tanto yo pesaba en mi mente aquellas graves palabras: “Los que creían en ti.”

¡Tus discípulos! 

Y me retiré de entre ellos... porque yo también era tu discípulo... ¿Tu discípulo? ¿Es esto verdad? ¿Soy yo? Bajo tu mirada invisible abandoné la sinagoga para no entrar más en ella. Me alejaba por el camino, solo, esta vez porque los demás se quedaban reunidos para decretar tu muerte... Y la escena del Templo, la hora en que por una vez en mi vida te encontré, se me ponía delante, la misma, toda al vivo...

¡Ah! tú no escribías lo que éramos, sino lo que yo era; yo lo sabía para siempre;
tú no escribías más en el suelo, sino en el fondo más secreto de mi conciencia.

Por centésima vez preguntaba:

¿Quién eres?

Y tu mano trazaba aquel nombre tremendo y formidable escrito en el Sancta
Sancta, el nombre que el hombre no puede pronunciar sin morir. M

miércoles, 13 de enero de 2021

                                                     II

Aquella mano de obrero hecha a manejar el cepillo y la sierra, y, no obstante, tan aterradora como “los dedos sobre el muro” en el festín de Baltasar… 

A manera que tu dedo escribía en el suelo, y sin distinguir lo que escribías, iba leyendo en mí mismo todos los abominables pecados, que yo creía para siempre sepultados en el olvido; se levantaban, vivían y manchaban mi alma, porque yo jamás hice verdadera penitencia por ellos. Quería protestar. ¿No había multiplicado las purificaciones, los sacrificios, las abluciones en Siloé, las maldiciones al cabrito emisario?

“No, no, rasga tu corazón, y no tus vestiduras”

Tu mano escribía siempre. 

¿Mas ahora al menos? Porque tú no has dicho: el que no haya cometido un pecado, sino el que no tenga pecado. Ahora en mi vida serena, sabia y prudente, muerto entre las concupiscencias muertas, intérprete y maestro de la ley, ¿qué es lo que tu manodesapiadada escribía? 

Yo me alejaba lentamente, profundizando esta cuestión desconocida; tú sin duda la entendías porque respondías con una claridad que iba en crescendo, apoyándose en hechos precisos...

(Sigue)

martes, 12 de enero de 2021

“Inclinándose escribía en la tierra”, (Joa. 8,6)

ESCRITOS PUBLICADOS PAGINA BÍBLICA
“Inclinándose escribía en la tierra”, (Joa. 8,6) 

Nota del Vicepostulador.- 

Los tres artículos siguientes con el título común Página Bíblica y el particular “Inclinándose escribía en la tierra”; “El peso del día y del calor” y “En el camino un hombre le dijo”, aparecen firmados únicamente con la letra “M”. El trabajo titulado “María Magdalena” lo está con las iniciales “F.M”. Se presume que la “M” es la inicial de Martín y “F.M” de Fray Martín, y que el autor de los cuatro trabajos fue el siervo de Dios; ya que el era en aquella época el único especialista en esta materia que colaboraba en “Cruzada Seráfica”. Además, la semejanza de estilo con otros firmados por él demuestra que pertenecen al mismo. Los contemporáneos el siervo de Dios creen tener la seguridad que él fué de hecho el autor de tales aportaciones. (Revista “Cruzada Seráfica”, Madrid, año 1.931, mayo, págs. 21-23)

                                                

¿Tu discípulo? 

¿Quién ha pronunciado esta palabra increíble? 

¿Hay junto a mí algunos de los ancianos o de los escribas? 

¿Está conmigo? 

Cuando se hablaba de ti, yo sentía una curiosidad inquieta: 

¡Tan extrañas cosas se decían! 

Tu doctrina nada de común tiene con la nuestra. En vez de someter “las duras cervices” al yugo de la ley, en vez de multiplicar las prescripciones y aumentar el peso, tú libras las almas con un gesto soberano; rompes la red de las observancias rabínicas, y las almas libres, batiendo las alas vuelan a tu alrededor. 

¿Con qué autoridad haces esto? 

 Tú hablabas también de los pájaros y de los lirios, de los rebaños y del Pastor, de los niños y de su Padre celestial; sí, se dice terminantemente que por un sentimentalismo vano que ignoran los doctores de Israel, enseñas a llamar “Padre nuestro” al que está sobre todo nombre. Se cuenta además que tus discípulos olvidan las rituales abluciones, y que tú mismo, tú violas el santo descanso sabático con intempestivas curaciones... ¿qué sabía yo? 

Yo buscaba entonces, en otro tiempo que me parece muy lejano, una ocasión de encontrarte e imponerte silencio... 

Cuando te vi por vez primera, el sol aureolaba tu blonda cabeza... 

¿Ha pasado un día solamente, o un siglo desde que te encontré? Parece que un jirón de eternidad se ha vinculado a esta hora, y cada vez que reflexiono pierdo la noción de tiempo. 

Te traen a la mujer cogida en adulterio. 

No soy tan cruel como Sadok, no quiero ver correr la sangre. La asamblea de los ancianos tampoco quiere el suplicio de esta miserable; estas viejas sanciones van cayendo en desuso. Pero el interés del drama está en sorprenderte y confundirte. Si tú dices: “Apedreadla”, el pueblo te odiará por tu crueldad. Si dices: “No la apedreéis”, te denunciaremos nosotros como despreciador de Moisés. ¿Cómo saldrás de esta emboscada? 

Ellos están insultantes y ávidos bajo los pórticos del Templo, ella en medio, tú, sentado como un juez, y juzgas, en efecto, por un cambio extraño, no a esta pecadora, sino a nosotros.

Como un rey entre los vasallos de su reino. 

 Dices: “Aquél que esté sin pecado arroje la primera piedra.” 

Después de breves momentos de lucha, todos, uno a uno, huyeron…

 ¡Ah! en verdad, yo sabía por qué… 

 Mas al retirase volvían sus ojos a mí, “el puro” como ellos, “el separado” como ellos, “el santo” más que ellos, al igual que todos los soldados miran a su general en la hora de la derrota. Yo quedaba, junto a ti, tranquilo y seguro de mí mismo, mientras que, tú inclinándote, escribías con el dedo en la tierra. 

Alzaste la cabeza y se cruzaron nuestras miradas. Entonces me fui con los otros. 

(Sigue)

lunes, 14 de noviembre de 2016

BENDICIÓN DE LA NUEVA PLACA EN HONOR DEL BEATO MARTIN LOZANO

El pasado 11 e noviembre tuvo lugar el acto de bendición de la nueva placa en honor del beato, en su casa natal. El acto, presidido por el sacerdote de Corral, Don Manuel, contó con la presencia de familiares del beato y del presidente de la Hermandad, Martin Lozano Tello. Tras la bendición e inauguración de la placa, hubo unos fuegos artificiales y los vecinos del lugar agasajaron a los asistentes con un aperitivo El acto resultó muy emotivo. En el transcurso del mismo, el pequeño Marcos, cofrade, leyó una poesía compuesta por él en honor del Beato.

INAUGURACION PLACA EN LA CASA DONDE NACIO EL BEATO MARTIN


viernes, 10 de abril de 2015

13 Abril Solicitud ingreso Noviciado



Muy Reverendo Vicario Provincial de la Provincia de San Gregorio Magno

El que tiene el honor de suscribir, alumno del colegio Seráfico de Belmonte, natural del Corral de Almaguer, provincia de Toledo, Diócesis de Cuenca, hijo legítimo de Román Lozano y Carmen Tello, de quince años de edad, autorizado por expreso consentimiento de consejo de familia, cuyo testimonio remite adjunto, a VR humildemente expone: que sintiéndome con vocación para abrazar   de la Provincia de si acertado gobierno en clase de novicio de Coro, para cuyo efecto tiene cursados  y aprobados con notas de “Meritissimus” en el citado colegio seráfico, que, según el plan vigente, se requieren para ser admitido.
la vida religiosa, y deseando corresponder a tal gracia en la orden de S. Francisco, ruega a V.R. cuan encarecidamente puede, se digne admitirle en la Casa Noviciado
Es gracia y favor que no dudo conseguir de la reconocida bondad de V.R. cuya vida conserve Dios muchos años.


Martín Lozano

Colegio Seráfico de Belmonte

13.abril 1916

miércoles, 8 de abril de 2015

Viaje de Jerusalén y El Cairo.

Abril, 1929 Día 3: Sale de Jerusalén hacia El Cairo Día11: se embarca en Alejandría, en el Hesperia rumbo a Nápoles Día14: Toma tierra en Partenope. Día17: salen para Roma


Algunas postales que envía desde estos lugares

lunes, 2 de febrero de 2015

La fiesta de la Candelaria, según el Beato Martín

LA FIESTA DE LA CANDELARIA Un poco de historia (Revista “Cruzada Seráfica”, Madrid, Febrero 1.933, nº 2, págs. 43-44) Sin duda, los lectores de CRUZADA SERÁFICA desean saber algo acerca del significado origen y desarrollo de esta fiesta, tan arraigada en las costumbres españolas que aparece hasta en su refranero. A satisfacer esta legítima curiosidad van dirigidos estos renglones. El Salvador prometido a Israel, nacido en Israel, debía presentarse como heredero de la promesa hecha a Abran, sancionada por la institución religiosa de la circuncisión. La Ley de Moisés había conservado este rito. Los padres de Jesús, su madre y su padre adoptivo, sin previo aviso del cielo, como buenos israelitas, tenían que conformarse con esta Ley. Fué circuncidado, pues, Jesús, al octavo día, y se le impuso el nom¬bre de JESÚS, indicado por el ángel a Ma¬ría y a José. María, para darnos ejemplo de humildad, también se sometió a una ley de la que estaba exenta. Según la Ley de Moisés todas las madres debían presentarse al Templo a los cuarenta u ochenta días del alumbramiento, según fuese varón o hembra el recién nacido, para cumplir una especie de purificación legal, ofreciendo un cordero de un año para el ho¬locausto, y un pichón o una tórtola en ex¬piación del pecado. Los pobres estaban au¬torizados para llevar un par de pichones o tórtolas. El primogénito debía ser rescatado por cinco siclos. En ninguna parte estaba pres¬crito claramente que el primogénito fuese presentado al Templo, pero una madre pia¬dosa no descuidaba esta ocasión para atraer sobre su hijo las bendiciones del Altísimo. María, y José entendieron así la Ley del Señor. La entrada de Jesús, María y José en los atrios del Templo con su pobre equipaje te¬nía algo de augusto, de sublime. Entonces, según la profecía de Malaquías, el Señor ve¬nía por vez primera a su Templo, que supe¬raba en gloria al de Salomón por cobijar bajo su techo al Deseado de las gentes, como había predicho el profeta Egeo. Convenía que fuese saludado por un represen¬tante de aquellos hombres del Espíritu que eran los profetas. Este era el anciano Simeón. Era justo, lleno del Espíritu Santo, y todo su pensamiento lo tenía en la reden¬ción de Israel. Pero su mirada abarca más que la de Zacarías, que no avanzaba más allá de las fronteras de Israel. Tomando en sus brazos al Niño, este legitimo heredero de Israel, saluda al que obrará la salvación sobre todos los pueblos, siendo la luz de las naciones, sin cesar de ser la gloria de Israel. No hay duda que este acontecimiento, la primera entrada solemne del Redentor en su Templo, se celebraba en los primeros si¬glos en la Iglesia de Jerusalén. Así lo atesti¬guan el Peregrino de Burdeos y la española Eteria. La fiesta, el 14 de Febrero, se solem¬nizaba con una procesión a la Basilica Cons¬tantiniana de la Resurrección, con una ho¬milía sobre el Evangelio del día y el Santo Sacrificio. Pero todavía la fiesta no tenía nombre propio; simplemente se la llamaba el día 40 después de la Epifanía. Desde Jerusalén se extendió por toda la Iglesia la fiesta de los 40 días, que más tarde se observó en el 2 de Febrero. En todo el Oriente fué introducida por el Emperador Justiniano I (542) en acción de gracias por la terminación de una gran peste que diezmó la ciudad de Constantinopla. Quizá el decreto de Justiniano I dió ocasión a la Igle¬sia Romana para establecer esta fiesta, pero no hay documentos definidos sobre este punto. La fiesta aparece en el Sacramenta¬rio Gelasiano de la séptima centuria, bajo el nuevo título de la Purificación de la Bienaventurada Virgen María. Nada se habla de la procesión. Por el Occidente se propagó esta fiesta lentamente; no se encuentra en el Leccionario de Silos (650), ni se menciona en el Calendario de Santa Genoveva de París (713-741). En el Oriente se celebraba como una fiesta del Señor; en el Occidente como una fiesta de María; aunque el Invitatorio “Gaude et laetare, Jerusalem, occurrens Deo tuo”, las antífonas y los responsorios indican el primer concepto en que era tenida como fiesta del Señor. La bendición de las candelas no se practicó universalmente antes de la undécima centuria. Nada tiene que ver con la procesión de los lupercales de Roma. En la edad media se celebraban la bendi¬ción y procesión de las Candelas con mayor solemnidad. Mientras que ahora la proce¬sión va por dentro, entonces el clero dejaba la iglesia y visitaba el cementerio dando una vuelta por él. Al volver la procesión un sacerdote, llevando una imagen del Niño Jesús, recibía la procesión en las puertas del Templo y entraba con el clero cantando el responsorio — Gaude María Virgo — o la prosa—Inviolata—u otra antífona en honor de la Virgen. M. LOZANO

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Presentado un libro sobre el Beato Martín

Beato Martín Lozano Tello. Escritos.

http://www.religionenlibertad.com/dos-libros-de-martires-38997.htm

  Sobre el libro que se presenta mañana Por: Jorge López Teulón (victor in vinculis) En este libro editado por Isabel Martínez se presentan los Escritos del Beato Martín Lozano Tello (Corral de Almaguer, 1900 - Fuente del Fresno, 1936). Este material documental (Cartas, Postales, Sermones, Apuntes de Sagrada Escritura y Artículos) se reproduce en su redacción original, según transcripción realizada por el padre José Prieto del Pozo, ofm, vicepostulador martirial, investigador y autor principal de la recopilación de estos textos (presentada en Segovia, el 25 de noviembre de 1987). Se respeta con ello el estilo y composición, al objeto de dejar testimonio de los manuscritos compuestos por el Beato. El libro se ha estructurado en tres partes: Atrium, Scriptorium, Sancta Sanctorum. En la primera (Atrium) se recogen las páginas introductorias al libro. En la segunda (Scriptorium), los artículos sobre el beato escritos por el padre Marcos Rincón, ofm (vicepostulador de la Causa de los mártires y autor de varios libros sobre los mártires franciscanos de Castilla). Y, en la tercera (Sancta Sanctorum), se incluye el corpus bibliográfico del beato Martín Lozano